Los grupos participantes, expertos en virología y en el campo de la microscopía, aplicaran la nueva metodología para descifrar los cambios críticos inducidos por infecciones víricas, como la covid-19, y que afectan a la morfología celular, así como los cambios que diferentes virus causantes de enfermedades en humanos producen en la célula a la que infecta. Todo ello con el objetivo de identificar posibles candidatos terapéuticos que supriman la replicación viral o las respuestas celulares de relevancia para el virus.
Entre las ventajas de este nuevo método destacan, entre otras, su tamaño y la simplificación de los procesos, ya que consiste en un microscopio de rayos X compacto. “Hasta ahora, para visualizar las alteraciones en la morfología y distribución de los orgánulos celulares producidas por la infección del virus de la hepatitis C teníamos que realizar los experimentos de criomicroscopía de rayos X de baja intensidad en un sincrotrón. Son instalaciones con complejos de aceleradores de partículas que tienen una gran demanda de uso ya que no existen muchos en el mundo. Además, brindaría nuevas oportunidades para un uso más amplio de crio-SXM como un enfoque complementario a otras técnicas de microscopía”, añade Gastaminza.
“El potencial de la microscopía de rayos X suave es tremendo. Es como una tomografía computarizada médica, pero en lugar de un paciente, se obtienen imágenes de células individuales a nivel nanométrico”, explica Venera Weinhardt, investigadora experta en imágenes celulares del Centro de Estudios de Organismos de la Universidad de Heidelberg en Alemania y participante del consorcio. “El Proyecto CoCID ayudará a demostrar los beneficios de hacer que esta increíble tecnología esté disponible como un dispositivo de laboratorio, ubicuo en todos los laboratorios de investigación biomédica”, apunta Weinhardt.
CoCID está coordinado por el University College Dublin, en Irlanda, y cuenta con la participación del Hospital Universitario de Heidelberg y la Universidad Ruprecht-Karls-Heidelberg, en Alemania; la Universidad de Jyväskylä en Finlandia; el Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) y el Sincrotrón Alba en España, así como de la empresa SiriusXT.