Bernad explica cómo, utilizando la expresión de la proteína BMI1 como un marcador de la capacidad regenerativa de las células progenitoras tras un daño tisular, “han observando que los niveles de BMI1 bajan a lo largo de la vida de los ratones estudiados. De forma paralela, la disminución cuantitativa las células madre cardíacas varía con la edad. Mientras que en un ratón adolescente se encuentran distribuidas de manera muy extendida por todo el corazón, en los ratones adultos se localizan preferentemente cerca de las zonas perivasculares”.
Además, los investigadores han encontrado qué, tanto el tipo de células a las que se diferencian los progenitores cómo los niveles de expresión de BMI1 están influenciados por pequeñas moléculas con capacidad de oxidación –las llamadas especies reactivas de oxígeno–. La relevancia de este hallazgo “es que hemos encontrado una correlación entre el envejecimiento y los niveles de estas especies reactivas de oxigeno en el miocardio, correlacionado además con la distribución de las células madre del corazón”. La red endotelial del corazón adulto mantiene regiones con bajos niveles de estas moléculas donde se alojan de forma preferente las células progenitoras. Estos resultados confirmarían que el estrés oxidativo es un factor limitante en la capacidad regeneradora cardiaca”.
Imagen. Co-cultivo de progenitores cardiacos (tomato+) con células endoteliales 1g11 (gris)
Más información:
Age-related oxidative stress confines damage-responsive Bmi1+ cells to perivascular regions in the murine adult heart. Herrero D, Cañón S, Albericio G, Carmona RM, Aguilar S, Mañes S, Bernad A. Redox Biol. 2019 Mar 4;22:101156.
doi: 10.1016/j.redox.2019.101156.